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Amapolas Torcidas

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Ironías editoriales

Acabo de subir del Vips de al lado de mi casa. En la sección de librería, he encontrado un libro de Taschen sobre Gaudí.

¿La portada? Parecida a esto (la foto es mía):

Sagrada Familia

La archiconocida Sagrada Familia, la famosa obra inacabada de Gaudí.

¿El título? »Gaudi: The Complete Buildings».

Irónico, desde luego. (Creo que se han dado cuenta y la portada del libro que tienen en la web ya es otra…)

xkcd: Height

Randall Munroe vuelve a superarse.

Un mapa del espacio conocido (y desconocido) en escala logarítmica. No sólo está lleno de humor friki: también es una de las visualizaciones más claras y elegantes que he visto nunca de las diversas escalas del universo. (Come for the jokes, stay for the math). Sencillamente genial, no os lo perdáis. (Por supuesto, el cómic original es mucho más grande que esto 😉 )

xkcd: Height

Abandonar la Pampa [5×100]

Esta historia es parte de 5x100. (+ info)

Imagen de Digital Blasphemy

Tuve que mirar dos veces para convencerme.

— Es increíble.

— Ya te dije que estaría aquí.

Allí había un árbol. En mitad de la inmensa ladera volcánica, rodeado de la nada más absoluta, había un árbol desafiando a la esterilidad de todo el terreno circundante. Y no un árbol cualquiera, sino un ombú. Un ombú como aquellos a cuya sombra había descansado aliviado de la asfixiante humedad argentina, en la época de mi vida en la que me dedicaba a perseguir ganado en el rancho que mi tío tenía cerca de Venado Tuerto. Encontrármelo allí, tan fuera de lugar, resultaba bastante surrealista.

— ¿No quieres echarle una foto?

Lola tiraba de mi hacia adelante, y yo, todavía en estado de shock, me dejé arrastrar.

Aún tardamos un buen rato en llegar al ombú. Era un día espléndido, sin bruma, y la ausencia de otra cosa que no fuera monótona piedra negra falseaba el sentido de la escala. Cuando, tras casi una hora, logré tocar la blanda madera del árbol, me di cuenta de por qué habíamos subestimado la distancia: el árbol era enorme, por lo menos de veinte metros de alto y otros tantos de ancho.

Me senté bajo la copa del árbol y me apoyé en el tronco. Casi inmediatamente me vino a la mente mi tiempo en la Pampa. ¿Cuántas veces habría estado debajo de un árbol idéntico en San Marcos? Ya hacía tanto tiempo de aquello que las imágenes eran borrosas y confusas; pero, al cerrar los ojos y aspirar el olor denso a savia del ombú, inmediatamente me sobrevino un mosaico de otros recuerdos: el susurro del viento que solía soplar en Santa Fe, el calor del mate subiendo agradecido desde la guampa, el roce de mi perro mientras se acostaba a mis pies y vigilaba a las ovejas como una esfinge en miniatura, el sudor de esos días húmedos y asfixiantes que acababan rompiéndose en millones de gotas de lluvia. Jirones de memoria que flotaban a mi alrededor y empezaban a causarme un insoportable sentimiento de pérdida.

— No entiendo qué hace aquí este árbol. Este no es su sitio.

Había hecho el comentario más para mis adentros que otra cosa, pero noté que Lola me estaba mirando fijamente, con expresión apesadumbrada.

— Me odias, ¿verdad?

La pregunta, por su contenido y porque rompió bruscamente mi ensoñación, me cogió por sorpresa.

— ¿Por qué tendría que odiarte, Lola?

— Por haberte hecho abandonar tu vida.

— No te odio por ello.

Y era verdad. No la odiaba, en absoluto; era muy feliz con ella. Y los dos éramos conscientes de que era imposible compatibilizar la vida de una cirujana chilena con la de un vaquero argentino, sobre todo si entre ambas vidas había casi mil kilómetros. Ni siquiera me costó tomar la decisión, al casarnos, de trasladarnos los dos a Santiago. Estaba enamorado y sabía que, siendo joven y fuerte, no me faltarían el trabajo ni las comodidades en mi nueva aventura urbana. Pero, inevitablemente, a veces cerraba los ojos y revivía aquella juventud que había pasado en contacto con la tierra, tan dura y tan gratificante a partes iguales.

— Es sólo que este árbol me trae… recuerdos. Y que no entiendo cómo ha conseguido nacer aquí y sobrevivir, en mitad de la nada, en esta roca estéril.

Lola suspiró.

— Este árbol no ha nacido aquí. — Mientras hablaba, retiraba con sus pies algunas piedras de la base del árbol. Tras apartar varias, quedó al descubierto una densa capa de turba. Entendí que, en realidad, el ombú no se alimentaba misteriosamente del basalto, como parecía; en su lugar, la ladera era una especie de gigantesco macetero de roca.

— Estas tierras son de mi padre. Cuando cumplimos un año de casados, mandé hacer un agujero justo donde estamos, y pagué a un camionero para que desenterrase un ombú joven de cerca de San Marcos y me lo trajera hasta aquí. Me costó buena plata. — Sonrió tristemente. — Desde entonces, vengo cada vez que puedo a cuidar de él, y parece que ha ido bien. Ha crecido bastante en estos cuatro años.

Me quedé helado. No llegué a preguntar por qué lo había hecho, pero mi mirada lo hizo por mí.

— Tú eres como este árbol. Yo te traje aquí, te arranqué del sitio al que pertenecías por mi propio egoísmo. — Algunas lágrimas le resbalaron por la mejilla. — Y, aunque supongo que a veces no lo parece, soy consciente de ello y tengo mucho miedo. Igual que, cada vez que vengo aquí a cuidar del árbol, temo encontrármelo marchito; temo que mis esfuerzos no hayan sido suficientes para que su vida florezca, en este sitio tan extraño para él como Chile lo es para ti. Tengo miedo de que un día descubras que nunca debiste abandonar la Pampa, que tienes un vacío dentro por mi culpa que yo no soy capaz de llenar… por mucho que lo intente.

Hizo una pausa.

— Juan, este es mi regalo de aniversario. Es un pequeño trozo de aquello que te hice perder.

Lola se acurrucó junto a mí. Debajo de mi poncho, su abrazo me transmitía su calor. La abracé con fuerza y sonreí.

— Jamás me había sentido tan lleno como hoy.

Nos besamos. Enfrente, en el horizonte, las primeras estrellas de la noche iban apareciendo una a una.

Jugar con la ciudad

Aprovecho que los Boixos Nois están haciendo el idiota para acabar el post…

Supongo que todos habréis visto el anuncio del Nissan Qashqai (diseñado para jugar con la ciudad). Lo que a lo mejor no habéis visto, o no os habéis fijado, es el detalle de que todos los edificios que van tratando, sin éxito, de cortarle el paso al coche… tienen cara (según el caso, de asombro, admiración o mala leche). En la versión del anuncio que se ha visto aquí en la tele, que es corta, no se nota mucho, pero podéis verlo mucho mejor en la versión original, que dura un minuto y es mucho más divertida:

Como me resultó curioso y casi nadie de los que conozco se han dado cuenta :D, os dejo el vídeo, que me parece bastante bien hecho. Para completar, he aquí el making of:

El amor y la guerra [Cincel del verbo]

Como hoy no tengo mucho tiempo de escribir nada, voy a dar por inaugurada (a petición del público 😀 ) la sección poética del blog. (Mención especial para Dani, que a raíz de aquella discusión parece que hizo un feliz descubrimiento). He decidido llamar a la sección Cincel del verbo por aquello de que el nombre fuera un poco imaginativo (llamar «sección poética» sin más a la sección poética es algo así como llamar «guiso de arroz» a la paella; técnicamente es correcto, pero le quita parte del encanto).

Mi intención es acercaros aquí con cierta frecuencia unos cuantos de mis poemas favoritos, y de paso contaros un poco sobre los poetas y la circunstancia que les lleva a escribirlos. Tengo varios poetas de cabecera (por ejemplo casi toda la Generación del 27, especialmente Lorca, o Luis García Montero), así que material no me va a faltar. Pero, para empezar, me voy a permitir la vanidad (que no sé con qué frecuencia repetiré) de hacerlo con un poema propio, El amor y la guerra, que pertenece al poemario Sonata Inacabada y es uno de mis favoritos personales. Espero que os guste.

El amor y la guerra

Ya pasó la batalla.
Ya pasó la batalla. Quedan sobre tu cuerpo
huellas de barricadas y trincheras,
rastros de lluvia eléctrica y vacía.
Duermes, y cae la noche;
flota en tu paraíso
flota en tu paraíso la sangre del herido,
la última vigilia fatigada,
los restos de la lava
que sorprendió enzarzados
en la contienda a nuestros ejércitos confusos.
Mis dedos, que antes fueron
avanzadilla fiera,
te recorren ahora pensativos,
igual que un viento cálido y amable
que acariciase el sitio de refriega;
se reúnen al lado de una hoguera
—en tu mejilla, acaso, o en los pliegues
de tu pecho, terreno de disputas—,
se cuentan sus historias y derrotas,
y acaban concluyendo
que no tienen mejor cielo al alcance
que el frenesí feliz de los disparos.
Ellos te guardan, velan
tu descanso en mi abrazo,
hasta que tú despiertes y amanezca
sobre tu dulce piel, y ellos se oculten,
esperen apostados, vigilantes
con apariencia amable, inofensiva,
quieran ganarse así tu confianza
para que, cuando llegue la locura,
los gritos, explosiones y escapadas
te asalten por la espalda, te sorprendan
—tú dices que en la guerra,
—tú dices que en la guerra, igual que
—tú dices que en la guerra, igual que en el amor,
valen
valen todos mis trucos—.

El rey enamorado

Les Luthiers, geniales como siempre. Quien no conozca esto, ya tiene en qué invertir los próximos 6:45 de su vida. Inmediatamente.

Si alguien va con mucha prisa, que empiece justo en el minuto 3, que es donde está lo mejor. Pero de verdad, es mejor escuchadlo entero xD

Puntos de fallo

Ayer, por una serie de catastróficas desdichas, un enorme data center de Telvent, ubicado en Alcobendas, sufrió un fallo eléctrico y le pegó un bocado notable a buena parte de la «webesfera» nacional. Entre los afectados, que se quedaron fuera de la red durante medio día, están Weblogs SL, realmadrid.com, los abonados de ya.com (por un fallo en sus DNS) y muchos otros. Yo personalmente, aunque estoy en ONO y podía navegar sin muchos problemas, sí noté que algunas páginas (en particular las de la USE) no se me abrían (en adslzone.net hablan de que a RedIRIS también le afectó el desastre, así que esa fue probablemente la causa).

Uno de los mayores argumentos a favor de usar un datacenter externo en lugar de montar uno propio es que, en teoría, sale más barato y es más fiable. Y lo cierto es que la mayor parte de las veces es así, aunque sólo sea por el lujo de tener un equipo vigilando las 24 h la salud de los servidores. El problema, lógicamente, es que ante un evento de este tipo (el twitter de WSL explica que fue porque el fallo en la instalación eléctrica obligó a apagar el aire acondicionado) uno sólo tiene la opción de morderse las uñas y esperar nerviosamente a que se solucione, salvo que tenga ganas de ir a Alcobendas a pegarle voces a los sysadmins (que tampoco tienen culpa de nada, la mayoría de las veces).

Siendo ventajista, se puede pensar que los fallos de este tipo se pueden evitar o mitigar distribuyendo copias por varios sitios, físicamente ubicados en lugares distintos, y usando algún mecanismo de distribución para ir mandando a la gente a un servidor que esté funcionando. El problema, aparte de que obviamente es más caro tener cuatro servidores que uno, es que eso tampoco protege del todo. Por muy bien replicados que estén los datos, siempre le puede caer un rayo al ordenador que controle la distribución, o pasar algo más creativo. Hace poco, por ejemplo, Amazon S3, quizá el servicio de almacenamiento remoto más sofisticado que se despacha, se cayó con todo el equipo durante varias horas por un error que el sistema no estaba preparado para aceptar, y no ayudó tener un porrón de servidores distribuidos por el globo. Incluso Google, que normalmente se tiene por último bastión de la fiabilidad en la red, sufrió un problema de este tipo con GMail que hizo temblar de pánico a buena parte de los profesionales de IT estadounidenses durante un buen rato (este artículo de WebMonkey tiene un título muy ilustrativo: Gmail se cae, el mundo se acaba).

Se pueden poner ejemplos y contraejemplos hasta aburrir, pero la verdad última es que, por muy bien montada que esté la infraestructura y mucho dinero que se le eche, es prácticamente imposible tener un sistema que esté preparado para cualquier eventualidad. Dicho de otra forma, nadie puede garantizar al 100% que una página o aplicación web estará siempre disponible para todo el mundo, sin tener caídas de ningún tipo. A efectos prácticos, siempre existe algún punto de fallo único (previsto o imprevisto), y en algún momento acabará cayendo. (Y siempre habrá frikis, como este menda, al que le fascine hablar sobre ellos…)

Es interesante pensar en esto desde el punto de vista del diseño de la red; por lo que se me ocurre así de repente, creo que el eslabón más vulnerable está siempre relacionado con el servidor DNS. En Internet, todos los servidores se identifican mediante una dirección IP formada por cuatro números; el servidor DNS sería la «guía de teléfonos» de Internet, que lleva de nombres como blog.andvaranaut.es a una dirección IP como 82.194.73.156. Por una serie de motivos (que, sobre todo, consisten en que no existe una guía única, sino que está distribuida en pedacitos por toda la red), el DNS es un sistema que no está nada bien preparado para encajar la caída de alguna de sus partes (entre otras cosas, ya que tiene un largo historial de problemas de seguridad, alguno muy espectacular). Hay ciertas soluciones que ayudan, y muchos cráneos sesudos trabajando en mejoras al DNS, pero el hecho es que el DNS es un diseño que corresponde a otra época, cuando Internet era una colección de gente amable. Una inocencia que se empezó a perder el 3 de noviembre de 1988 y que, hoy día, nos parece bastante lejana cuando abrimos el correo y comprobamos que la mitad de los emails nos ofrecen alargarnos el pene de forma fantástica o hacernos ricos trayendo diamantes de Nigeria.

De todas formas, la moraleja a llevarse es que, como acabará pasando más tarde o más temprano, hay que encajar estos batacazos con buen humor. A unas malas, no hay que olvidar que hay cosas que hacer lejos del ordenador, y que también hay mucho que merece la pena en el mundo real

PD: (este Lolcat es mío, desde que vi la foto en The Big Picture sabía que tenía que hacerlo 😀 )

Recuerdos de Centroeuropa

Sólo he estado dos veces y las dos ha sido en el mismo sitio, pero mentiría si os dijera que no estoy cogiéndole cariño a Eslovaquia. Es un país que ha tenido una historia bastante enrevesada; si nos atenemos únicamente a los últimos acontecimientos, ha estado del lado chungo del Telón de Acero, consiguió zafarse junto a sus vecinos checos de la influencia soviética (en la Revolución de Terciopelo), y, unos años después, ambos países se separaron (en el muy adecuadamente llamado Divorcio de Terciopelo). Últimamente, tanto la República Checa como Eslovaquia han entrado en tres de mis instituciones favoritas: la Unión Europea, el Espacio Schengen, y, aunque aún quedan unos pocos meses para que sea efectivo en la práctica, la zona euro.

Eslovaquia 2008

Eslovaquia es un país de montaña; toda la parte norte está ocupada por el principio de los Montes Cárpatos, el sistema montañoso más extenso de Europa. En particular, al norte del país se ubica la región de los Altos Tatras, compartida entre Polonia y Eslovaquia, que tienen once montañas de más de 2.500 m de altura y son de carácter alpino. Esto los convierte en un destino turístico muy popular, sobre todo para los países del entorno; están muy bien acondicionados para la práctica del esquí o, en épocas más estivales, del senderismo. A los pies de los Altos Tatras hay una serie de pueblecitos de montaña, entre los que se encuentra el lugar de celebración del congreso al que he asistido: Stará Lesná.

Eslovaquia 2008

Como os he comentado, ya estuve en Eslovaquia una vez. Fue en 2004, para la anterior edición de la conferencia. Aunque el viaje fue agotador, me encontré un país lleno de gente amable (aunque con más conocimiento del alemán que del inglés, todo sea dicho) y realmente barato. Como parte de las actividades del congreso, tuve ocasión de subir en teleférico a la montaña y disfrutar de sus vistas. Si bien mi visita tuvo un tinte agridulce por motivos que no tienen demasiado que ver con la misma, lo cierto es que lo disfruté mucho, de modo que iba con ganas de repetir la experiencia.

Eslovaquia 2008

La conferencia empezaba un Domingo y acababa un Miércoles. Mientras planificaba mi viaje, me encontré con que tenia dos opciones: volver a España el mismo Miércoles, lo que me obligaba a perderme todas las charlas del último día, o volver el Jueves, lo que me dejaba la tarde del Miércoles libre. Opté por esto último y la decisión demostró ser correcta.

Eslovaquia 2008

Salí de Sevilla el Sábado, con la presentación de la charla, que me tocaba dar el Lunes, a medio acabar. El plan era pasar la noche en Madrid (pillé un hotel excelente y relativamente baratito en Arturo Soria), porque el vuelo salía de Barajas a las 7.30 de la mañana para Praga. Después, en Praga, otro vuelo hacia Kosice, segunda ciudad en importancia de Eslovaquia, y de Kosice en un shuttle bus (curiosamente parte del billete de avión) hasta Poprad, la ciudad más cercana a Stará Lesná, donde tomaría un taxi hasta mi hotel y acudiría a la recepción e inauguración de la conferencia.

Eslovaquia 2008

Huelga decir que aproveche todas las horas que pude y más para tener la charla hecha a tiempo (y, cuando ya la tuve, para el típico vamos a ver si podemos meter también estos resultados…). La paliza mayor, curiosamente, me la pegué en Madrid; entre que estaba con un ojo puesto en el fútbol y en otro en la presentación, que siempre soy más productivo en las horas nocturnas (cosa obvia si se analizan las horas de publicación de este blog :P), y que tenía que levantarme prácticamente a las cuatro y media, apenas dormí nada.

Torres Madrid

Durante el viaje a Eslovaquia pegué unas cuantas cabezadas, pero lo cierto es que no me cundieron demasiado. Así que, en contra de mis impulsos naturales, no trasnoché el Domingo; en vez de eso, me acosté en cuanto volví al hotel tras la recepción y me levanté seis horas después, un descanso que agradecí. Mientras medio remataba la presentación (luego seguiría dando retoques toda la mañana, mientras asistía al resto de charlas), me di el primer lujo del viaje y vi amanecer sobre las suaves montañas de Levoča.

Panorama Eslovaquia 02 - Dawn A 2.jpg

Tras la charla, el Lunes y el Martes se me pasaron de forma bastante plácida. Me alojé en el hotel Forton, situado muy cerca del Hotel Academia, donde se celebraba la conferencia. Como bonus, me hice coleguilla del tío de la recepción, muy simpático y que hablaba un inglés perfecto (como la mayoría de la gente que me encontré en el viaje atendiendo al público, mejora muy positiva respecto a la anterior visita).

Eslovaquia 2008

El único problema del hotel es que no tenía ascensor, pero, por lo demás, estaba al nivel de un cuatro estrellas perfecto, por unos 55 € la noche en una habitación nueva y amplia (con dos camas y baño con ducha grande), con mármol por todas partes en la recepción y un buffet muy completo para desayunar. Una ganga para nuestros estándares, pero es que otros hoteles similares del entorno (ya completos) resultaban incluso más baratos. Y no me olvido del balcón…

Eslovaquia 2008

Animado por el buen tiempo, el Martes inquirí acerca de qué podría hacer con mi tarde libre y le compré a mi amigo del hotel un mapa 1:25.000 de la cordillera montañosa, con todas las rutas y demás marcadas con mucho detalle. Los que me conocéis sabéis de mi fetiche por los mapas, así que os imaginaréis que me encanta 😀 Si estáis interesados me las ingenio para escanearlo y subo la ruta que hice.

Eslovaquia 2008

Dediqué la noche a planificar un poco lo que hacer y, aunque desgraciadamente no tengo fotos, tuve la suerte de ver un cielo estrellado espectacular desde mi balcón, con un Orión glorioso. Así que el Miércoles, tras consultar mis planes con los «nativos» para asegurarme de que no eran muy descabellados, salí al acabar la comida del congreso en dirección al pueblo más cercano, Tatranská Lomnica, un lugar muy popular como base para turistas por su cercanía a la montaña.

Eslovaquia 2008

De Tatranská Lomnica se puede subir a una laguna, Skalnaté Pleso, situada a los pies del Lomnický Stit, la segunda montaña más alta de la cordillera (2.634 m).

Panorama Eslovaquia 09 - Skalnate Pleso 2.jpg

A 1.751 m de altura, Skalnaté Pleso es un hervidero de actividad: la laguna es parte de varios caminos de montaña, el punto de llegada de un teleférico y de un funicular procedentes de Tatranská Lomnica (yo, por supuesto, me fui primero para el funicular, que sólo funciona en invierno 🙁 ), y también el punto de partida de otro teleférico que lleva a la cima del Lomnický Stit.

Eslovaquia 2008

Cuando llegué ya no había tickets para subir arriba del todo, y además una densa capa de nubes cubría la cima, así que creo que no me perdí gran cosa.

Eslovaquia 2008

Se da la curiosa circunstancia de que, en 2004, ya habíamos subido a Skalnaté Pleso como «excursión» de la conferencia… y que entonces me quedé también sin poder subir a la cima, en aquella ocasión por un problema con los tickets (que me fastidió mucho, por cierto). Como un amigo que hice en el congreso sí que pudo subir, le dejé la cámara y, por lo menos, tengo algunas fotos de las vistas.

Panorama Eslovaquia - 23 - extra - Lomnicky Stit 2004.jpg

Así que la subida al pico Lomnický es una vieja frustración que, de momento, no tengo resuelta. Más fotos de 2004 están en sus sets de Flickr respectivos. Os pongo aquí, ya que me he puesto a hacerla, una selección:

enlace al set en Flickr

Podéis encontrar más fotos de 2004 siguiendo este enlace al set completo.

041007 Stara Lesna

De todas formas, tampoco quería perder toda la tarde en la subida y bajada al pico. Así que, una vez llegado a Skalnaté Pleso (deduje que Pleso significa «lago»), inicié mi camino por una de las rutas de montaña. Mi objetivo: llegar a Hrebienok, un refugio de montaña desde el que podría bajar al pueblo de Starý Smokovec, habiendo pasado anteriormente por varias cascadas.

Eslovaquia 2008

Las rutas están señalizadas por colores; cada poco tiempo, una marca en una piedra o un árbol te informa del camino en el que estás, y en cada cruce de caminos hay un cartel (con su «gorrito» característico) que te informa de las direcciones que puedes tomar, del color del camino correspondiente y del tiempo aproximado de llegada. Junto con el mapa, la verdad es que resultaba bastante difícil perderse. Empecé en un tramo compartido entre las rutas roja y verde para luego pasar exclusivamente a la roja.

Eslovaquia 2008

Proseguí mi camino disfrutando de las vistas. La primera parte de la ruta discurre por la ladera de la montaña y tiene una excelente perspectiva de los pueblos que quedan a los pies de la misma.

Panorama Eslovaquia 11 - Beginning of the Red Route.jpg

Al cabo de un buen rato, el camino se adentra en una zona de árboles más frondosos. Enfrente, otras montañas de la cordillera, al otro lado del valle. Es una pena que la luz me cogiera tan mal para hacer fotos.
Eslovaquia 2008

Enseguida, tras reincorporarnos a otra ruta de color verde, nos saluda la primera de las cascadas (Vodopád, o Vodopády en plural): Obrovský Vodopád («enorme cascada»). Un chorro estrecho de agua que cae, de forma oblicua, unos quince metros y que se puede contemplar desde un puente de madera a escasos metros del mismo.

Panorama Eslovaquia 13 - Obrovsky Vodopad 2.jpg

La cascada Obrovsky se encuentra en un riachuelo llamado Malý Studený, que, a pocos metros, desemboca en el río Studený propiamente dicho. La ruta pasa ahora a serpentear siguiendo el curso del río, y nos ofrece un buen sitio para hacer una pausa.

Eslovaquia 2008

Poco después, aparece una casita que parece sacada de un cuento de los hermanos Grimm: Rainerova Chata («chata» significa «choza de montaña», no «de nariz poco prominente» :D) Estos abundantes refugios suelen ubicarse en las proximidades de un cruce de caminos, y permiten a los montañeros hacer un alto y aprovisionarse.

Eslovaquia 2008

Ahora, en lugar de seguir la ruta roja hacia Hrebienok directamente, damos un rodeo y seguimos bajando el río por las rutas azul y verde. En unos minutos, llegamos a otra cascada, la primera de tres que están muy seguidas: Malý Vodopad («pequeña cascada»).

Eslovaquia 2008

Las cascadas de esta zona son a cual más bonita. La segunda que nos encontramos es Skrytý Vodopad («cascada escondida»). El corte de la foto es porque es un panorama, ya que las cascadas son grandes y quedan muy cerca del camino, así que es imposible meterlas enteras en una sola foto. De hecho, es un panorama hecho a base de pegar otros dos, uno para la parte de la izquierda y otro para la parte de abajo (de ahí la «zona de sombra»). Os recomiendo verlo en grande.

Panorama Eslovaquia 19-20b Skryty Vodopad compuesta mq.jpg

Y, ya para redondear, la última cascada es Velký Vodopad («gran cascada»), de un tamaño impresionante. Son 13 m de caída y bastantes más de ancho, y se puede contemplar desde los pies de la caída, porque la ruta azul pasa justo por delante de sus narices. No me resistí a bajar a verla desde cerca.

Panorama Eslovaquia 21 - Velky Vodopad.jpg

Como anécdota, aquí abajo me encontré con un especimen típico de joven eslavo: alto, guapo, ojos azules, cabeza rasurada. (Si os fijáis muy bien, se le puede ver en la foto de arriba, con un anorak naranja anudado en la cintura, cerca del centro y más bien hacia la derecha y arriba). Me dirijo a él para que me inmortalice. «Picture, please?» El tío me saca la foto y empieza a hablarme en español: se había fijado en el idioma del menú de la cámara. Lo mejor es que había estado incluso viviendo en Sevilla una temporada. El mundo es un pañuelo.

Eslovaquia 2008

Desde el nivel de la cascada, tocaba ahora subir unos 85 m de altura (muy a mi pesar :D), para llegar a «coronar» en Hrebienok, un pequeño refugio de montaña, con bonitas vistas, desde el que parten una multitud de rutas, tanto para senderismo como para paseo e incluso adaptadas para minusválidos.

Eslovaquia 2008

Desde Hrebienok, un funicular nos lleva al pueblecito más importante del entorno: Starý Smokovec, centro turístico de las visitas a la montaña. Me dirigí a la estación de tren y compré mi billete hasta Stará Lesná por unas ridículas 10 coronas (33 céntimos).

Eslovaquia 2008

La verdad es que vista la cantidad de pasos a nivel y demás que hay por el entorno, esperaba que la cosa fuera un poco más cutre. Pero no. A la hora en la que yo tenía el tren, en menos de un minuto la estación aparecieron no uno ni dos, sino tres trenes de tres líneas distintas, cómodos y modernos, perfectamente sincronizados entre ellos. La gente transbordó de unos trenes a otros y enseguida reanudaron la marcha.

Eslovaquia 2008

En diez minutitos me bajé en la estación de Stará Lesná y emprendí, mientras caía la tarde, los 1500 m del camino de vuelta a mi hotel, cansado y feliz.

Eslovaquia 2008

Aquella noche me llevé otras cuantas sorpresas con la atención del hotel. La primera, me enteré por casualidad de que el hotel tenía internet en todas las habitaciones :(, solo que era por Ethernet y no Wifi. Así aprenderé a preguntar…

Eslovaquia 2008

Y la segunda es que, tras una excelente (y barata) cena, cuando estaba confirmando la petición del taxi que me llevara a Poprad a la mañana siguiente (a las 5 am…), el personal del hotel me ofreció la posibilidad de desayunar en ese momento, o de que me pusieran un picnic para el día siguiente. Efectivamente, a las 5 de la mañana tenía dos sandwiches, una naranja, un yogur y un tomate en una bolsita en la nevera. (Les faltó meterme una cucharilla, pero bueno xD). A las 5.15 apareció el taxi y empezó el camino de vuelta, del que no tengo fotos porque, en lo que pude, lo pasé durmiendo o viendo capítulos de La Hora Chanante…

Eslovaquia 2008

Tras unos 20 minutos de camino, el taxi me dejó en Poprad, donde di cuenta de mi desayuno esperando a la shuttle de Kosice; de seis a ocho estuve viajando a Kosice; de Kosice (donde la chica del mostrador, por cierto, hablaba español perfectamente) a Praga; de Praga, 4 horas de transbordo después, a Madrid; de Madrid a Sevilla en AVE (tras otras dos horas esperando en Atocha)… y luego ¡por fin a casita!

Eslovaquia 2008

Creo que la impresión global de mi viaje ya quedó bastante bien acreditada en el post que os puse nada más llegar. Ya me gustó en 2004 y ahora me gustó todavía más. La verdad es que me transmitió la sensación de ser un país joven y pujante, y se nota el dinero europeo en la cantidad de infraestructuras y de edificios que hay en marcha y que pronto lo pondrán al nivel de cualquiera de sus vecinos (otro detalle: en todos los sitios en los que estuve aceptan el euro desde ya, a un tipo de cambio mucho mejor que el que me dieron en el aeropuerto… si lo hubiera sabido…) Me quedo con ganas de ir a muchos sitios: Bratislava, Košice, o tantos y tantos sitios en la montaña (el propio Lomnický Stit, o, por ejemplo, el cercano lago Štrbské pleso, a la que podía haberme acercado en tren, pero temí que se me hiciera tarde para la vuelta). Y, además, tienen excelentes conexiones ferroviarias con otras ciudades del entorno, como Viena o Budapest. Así que…

Eslovaquia 2008

…habrá que ir pensando en volver 🙂

Eslovaquia 2008

Más fotos, como siempre, en Flickr: Set de Flickr (selección), set de Flickr (completo), set de Flickr (panoramas), set con las fotos de 2004 (selección),set con las fotos de 2004 (completo).

Eslovaquia 2008