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Amapolas Torcidas

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Interstate 270

No, no estoy secuestrado, ni me han dejado morir en un desierto de Alabama para ser arrastrado por las hienas. El motivo de mi ausencia blogera es bastante más mundano: el Lunes tengo una presentación en un congreso y, por simplificar un poco para no aburrir a la audiencia, no tengo nada hecho. Así que hasta que no vuelva del congreso probablemente no de muchas señales de vida. On the plus side, cuando eso pase sí que tendré de pronto más tiempo libre y os iré contando mis correrías por Yankeelandia.

Hace escasamente una hora se cumplió una semana exacta que aterricé aquí. Como le escribía a Sara ahora mismo, la sensación que tengo es un tanto extraña. Por un lado, ha sido una semana muy larga e intensa; he aprendido y vivido un montón de cosas, y me queda la satisfacción de que me voy defendiendo bastante bien (no me he muerto de hambre ni nada, lo cual es una mala noticia para mi línea). Así que parece que llevase aquí bastante tiempo. Pero, por el otro lado, no me siento nada estabilizado. De la semana que he tenido para coger una rutina, dos días han sido de papeleo puro y otro ha sido fiesta; además, he estado más pendiente de mi contribución al congreso que de otra cosa. (Cuando digo «nada hecho» me refiero a nada de la presentación; el trabajo científico sí lo hago, pero no me sale lo que yo quisiera :S) Y ahora estaré en Rochester hasta el Jueves que viene. Supongo que hasta que no empiece mi tercera semana no le acabaré de coger el pulso a mi nueva vida americana. De cualquier forma, tendré dos meses para acostumbrarme 🙂

De todas formas, la impresión global es muy positiva. Mi adaptación, en términos prácticos, está siendo muy fácil. Ni siquiera me siento homesick (término anglosajón que es lejanamente equivalente a la morriña galega). Ciertamente, sí que me acuerdo de la gente y de mi familia (os aseguro que más a menudo de lo que pensáis :P), pero como sé que esta estancia tiene una fecha de caducidad cercana, esos recuerdos me reconfortan en vez de angustiarme. Supongo que si me fuera a quedar cinco años aquí (el máximo teórico de mi visado J-1) me lo tomaría de otra manera. Aunque si me fuera a quedar cinco años aquí lo más probable es que tuviese un sueldo que me permitiera darme un garbeo por España de vez en cuando 😛

Reconozco que la calidad (y ritmo de actualizaciones) de este diario es mucho menor de la que yo esperaba, pero de verdad que es cosa del congreso. Cuando pase, prometo hacer fotos de las luciérnagas, de los malls y carreteras, de los lagos que tengo al lado de casa, de mi habitación y de todo lo que me vaya encontrando. Hasta entonces, deseadme suerte 😛 ¡Un abrazo a todos!