Llevo desde las dos en el CITIUS alrededor del microscopio, mirando muestras. Mi vida en estos momentos se reduce a enfocar, poner los parámetros adecuados, poner el aparato y perder 15 o 20 minutos hasta que acabe con la adquisición correspondiente; no estoy haciendo nada de análisis de resultados porque eso puedo hacerlo luego más tranquilamente sin estar sentado en el invento, de modo que la tarde no es nada emocionante. (Otro día os hablaré de mi querido microscopio…). Así que me estoy pegando bastantes paseítos entre el cubil del aparatejo, el mundo exterior (tiendas de chucherías especialmente) y mi despacho. El microscopio está en la planta baja, el despacho en la segunda, y subo y bajo por las escaleras las más de las veces. Así que por lo menos estoy haciendo piernas. 😛
En uno de estos trasiegos me ha dado por mirar el correo, y sorpresa: acabo de recibir una grata noticia por email. El abstract que presenté al congreso de Rochester, NY al que pienso asistir como parte de mi estancia americana ha sido aceptado. Eso implica que me va a tocar dar una charla en inglés, lo cual da un poco de susto. (La verdad es que después de haber ido a Eslovaquia y asistir a algunas conferencias en el inglés de los japoneses, estoy un poco más tranquilo) 😀
En fin, sigo buscando con qué ocupar la tarde. El otro día fue el examen de la asignatura que doy y me esperan 24 exámenes para corregir (o, para ser exactos, 24 preguntas), así que probablemente me ponga ahora a ello. La pregunta era relativamente facilita (Descripción breve del fenómeno de resonancia, algo con lo que les dí bastante la lata en mis clases teóricas), aunque por lo que he visto hay personas que hacen gala de una desbordante (aunque desgraciadamente poco acertada) imaginación. Menos mal que no me toca a mí corregir el examen completo, seguro que me costaría horrores suspender a la gente… O:-)