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Amapolas Torcidas

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Y os recomiendo...

Ferrofluidos

Vía New Scientist. En el post original hay muchas otras cositas interesantes; no os perdáis la del hielo seco y la piscina.

Como veis últimamente estoy en «modo rápido». He abandonado los títulos temáticos y voy a tratar de escribir más a menudo, aunque sean cosas breves, y de una forma más, em, personal (es decir, metiéndome en camisas de once varas, lo que se me da bastante bien). Tengo algunas cosas que contar, como que me voy a USA otros tres meses en Marzo o lo que me han traído los reyes (entre ellos un libro de Fuckowski dedicado… Sonámbula, puedes envidiarme :P), pero será otro día, que me tengo que preparar la clase de mañana… (qué ganas de que llegue ya el 19 y se acabe la docencia del año…)

Traffic Light Wars

La temporada de estar alegre

Pues eso, que FELIZ NAVIDAD a todos, grandes y pequeños, cercanos y lejanos. Que tengáis unas muy felices fiestas y que el año que viene se cumplan todos vuestros deseos. Yo, de momento, además de los típicos (salud, amor, dinero, sexo a raudales…) tengo uno más original… que la canción del verano sea, esta vez, una en condiciones, como por ejemplo:

Vía mi hermano 🙂

Feliz 2007 a todos!!

PD: Si os lo queréis bajar, aquí está el enlace…

Un pulgar verde

Ya hace más de tres meses que no escribo nada en el blog y creo que va siendo hora de volver a las buenas antiguas costumbres. El caso es que tampoco tomé una decisión consciente de dejarlo ni nada de eso, simplemente lo fui posponiendo cada vez más… y hasta hoy. De todas formas nunca me he distinguido por escribir nada demasiado espectacular ;), así que con la cantidad de cosas que pasan por Internet tampoco os habréis aburrido mucho sin mí, pero hoy me he levantado con ganas de poner algo.

El último post, de tiempos antediluvianos, tenía unas cuantas postalitas de mi viaje a Chicago. La crónica aún sigue pendiente, pero en aquellos momentos tampoco me sobraban las energías: entre que pasé las últimas semanas trabajando mucho y, que después de haber conocido la vida urbana, siempre es un rollo volver a la soledad de la mitad del campo —porque no estaba en casa ni mi casera—, pues me aburría un poco. De todas formas igual algún día cuelgo más fotos para que las veáis, aunque sinceramente la mejor solución (no necesariamente la más factible ni la más barata, claro) es que paséis unos diítas en Chicago y lo experimentéis por vosotros mismos.

Desde entonces no he estado muy centrado que digamos, entre la vuelta y readaptación al ambiente español (ya echaba uno de menos estar en casa ;)), los miles de papeles que he tenido que mover, preparar una contribución a un congreso de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio en el surrealista pueblo de Vall d’Alba, y, para rematar, con la clase que me acecha por los cuatro costados. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para hacer algo productivo en el día con tantas distracciones, y no siempre tengo éxito 😉 Intentaré dejar un artículo que hay pendiente desde illo tempore terminado en estas semanas y a ver si el fin del cuatrimestre (y, por lo tanto, de mis clases) me permite volver a mis cuidados típicos.

Por lo demás, no me pasan cosas especialmente emocionantes, pero la vida sigue más o menos plácidamente. Continuando con mi tradición estadounidense, me he comprado una bici y planeo usarla para ir y venir del curro todos los días (ya estoy empezando); a ver si la hornada de carriles bici previstos para final de mes está realmente lista cuando vuelva en Enero, porque entonces casi todo mi recorrido será por carriles dedicados 🙂 Hace poco cumplí tres años con Sara y estoy más feliz que nunca con ella. Este mes se supone que comienzo la segunda parte de mi beca, en la que, si las últimas informaciones no andan muy desencaminadas, sufriré un contrato en prácticas durante dos años, con catorce pagas y un aumento bastante interesante de sueldo (espero que realmente sea así…) Estuve en la inauguración de la renovada Plaza Nueva, que ha quedado espectacular a pesar de lo que el clima deslució el acto. Tengo fotos del acto y del entorno para demostrarlo, y no deben estar muy mal cuando el alcalde ha utilizado una en su renovado blog…

También he tomado una decisión con bastante valor simbólico: estoy en trámites para empadronarme. (De hecho, sólo me falta enviar los papeles, pero nunca me acuerdo de traérmelos para fotocopiarlos, flojo de mí…) Llevo ya más de siete años viviendo en Sevilla y me apetecía dar el paso, aunque sea más de cara a la galería que otra cosa, ya que probablemente no esté muy lejana la fecha en la que tenga que irme de post-doc al extranjero. Pero lo cierto es que ya siento a ésta como mi ciudad y, con todos sus problemas y achaques, me gustaría que lo fuera durante mucho tiempo. No sé si tendré esa posibilidad, pero pondré lo que pueda de mi parte. La verdad es que buena parte de culpa la tiene el «radio macuto» de Sevilla21, con el que es imposible no enterarse de algo (de hecho, ya hasta salimos en la Prensa…

Otra cosa que me ronda la cabeza es dividir el blog. La verdad es que estaba pensando crear un blog separado para hablar de temas urbanísticos, que me gustan mucho; me convence más la separación que simplemente archivar los posts con tags diferentes, y también quiero tener un archivo de cosas que voy recolectando y elucubrando en los foros de Sevilla21, que son muchas y muy variadas. Y quizá tener otra sección-blog para cosas de informática (en la lengua del Chespir ese), para ver si consigo colocar algo en Linux Today o algo así 😉 El problema obvio con este magnífico plan es que, si ya me cuesta escribir en un blog, con tres ya va a ser la juerga padre, pero supongo que al final lo llevaré a cabo. Buena parte del proceso es encontrar un nombre interesante para el blog urbanístico; ya he probado unos cuantos, pero casi todos estaban cogidos (y, en alguna ocasión, me he llevado una curiosa sorpresa…)

Por lo demás, os sigo leyendo y, aunque se me olviden las fechas de los cumpleaños (lo siento, siempre seré un desastre… 🙁 ), sigo acordándome de vosotros. Y como sé que os gustan las frikadas, aquí os dejo una genial como despedida de hoy:

xkcd – Map of the Internet

Agitando al perro


Aparcabicis.


Vida cultural.


Niebla.


Signature Room.


La playa.

Más postales… ya os contaré los detalles otro día 🙂

Único fuera


Chicago la nuit.

Llevo una semana sin poner nada, pero os aseguro que tendréis crónicas. La semana pasada me fui a un parque natural aleatorio a dar vueltas con la bici por caminos de cabras varios y volví tan molido que he estado toda la semana de recuperación. Y el Viernes pasado, cumpliendo mis amenazas, aparecí por Chicago para visitar a mi colega Jokin, que anda allí haciendo una estancia, y que ha sido un anfitrión excelente (¡te debo una, neng!). He llegado esta tarde hecho polvo, lo que es un buen signo de lo mucho que he exprimido el viaje. No voy a ponerme ahora a describir lo extraordinaria que es Chicago, una ciudad que rezuma vida por los cuatro costados; eso quedará para días posteriores. Pero para abrir boca, y como ya es tradición, os dejo unas cuantas postales para que os hagais una idea vosotros mismos. ¡Hasta pronto! 🙂


El Omphalos.


La playa artificial.


The Skydeck, a 412 m sobre el suelo.


Cloud Gate.


Vistas desde la playa.


Millenium Park.

Pega el cuello fuera


De aquí al Tour… 😛

Una actualización rápida para demostrar que sigo vivo. Tampoco es que haya tenido muchas novedades esta semana, más allá de que aún no me he estrellado con la bici; de hecho, llevo unos 60 km en estos tres días pasados, así que voy a volver hecho todo un corredor de clásicas 😛 Asombrosamente, no me exige un gran sacrificio el «circuito» de 20 km diarios que me hago últimamente. Supongo que el secreto es que tengo que coger la bici de todas formas para volver del curro, y, «ya que estoy», pues doy mis rodeos.


Esta va por Puri… 😛

De paso, entre pedalada y pedalada voy asomando la cabeza por las estampas de la vida americana que pasan veloces ante mis ojos. En los días pasados, aparte de todo tipo de carreteras, he ido a dos malls de los que me quedaban a distancias apreciables, al Metro, a la entrada de un parque urbano, etc. Uno de los malls en particular me ha molado molto, es una especie de miniciudad con tiendas en vez de casas :P, todo muy mono ambientado. Además, entre las tiendas está una enorme librería Barnes&Noble (horrible tentación) y una tienda de ropa con la que voy a tener una interesante conversación antes de volverme (la ropa aquí es muy barata en comparación con los precios europeos). Me llevaré la cámara este finde y le haré fotos al conjunto (si no me sale otro plan mejor, que es posible ;))


…y esta también… ¡FELICIDADES por fin! 🙂

Ayer (esta entrada la tenía que haber puesto ayer, pero el cansancio me pudo ;)) fui a comprar, y aparte de un par de cosillas de máxima importancia, me di cuenta de que me repito mucho en las cenas que hago (fundamentalmente debido a un pequeño desliz que os contaré otro día, cuando os hable de la sociedad americana y el consumo) y decidí comprarme alguna cosa un poco más fuera de lo común. Así que adquirí una tarrina de queso feta (yum! yum!) y una lata pequeña de Spam (no el del correo :P… es una especie de chopped pork), entre otras frikadas… Y caí en la cuenta de que todavía no os había enseñado mi despensa…


Mis dominios en la nevera.

Realmente, mi terreno de almacenamiento en la cocina se reduce a una balda de un mueble (grande… pero una :P) y a dos en la nevera. El espacio en el congelador es escaso y hay que conquistarlo a base de duras incursiones. Aunque tampoco me caracterizo por la variedad, podeis ver algunas cosillas interesantes. Por ejemplo, como veis aquí eso de los zumos marca Dia no se llevan; el Minute Maid es de los más baratos, aunque es igualmente caro (un precio típico es cinco dólares el galón, donde un galón son 3,8 litros). Eso sí, la diferencia de calidad es notable con respecto a las humildes alternativas españolas. Supongo que sí habrá algún sitio que haga zumo cutre, pero ese no es mi supermercado 😀 Además de ello, el Diet Mountain Dew es un excelente invento: viene a ser agua, pero está rica y tiene un porrón de cafeína (como el doble que una Coke). La bebida de los campeones 😀 No os perdáis tampoco el yogur con los trocitos de cereales integrado (muy práctico), así como el Gatorade para mis tours…


La Alacena (Homenaje a Héroes del Silencio).

De la alacena, destacar el ramen (la palabra es típica de aquí, pero la pasta exacta también la hay allí; nada nuevo bajo el sol), los ravioli de lata (muy ricos), los blueberry muffins (especie de magdalenas) que se asoman por debajo de las Chips Ahoy (están buenísimos!!), los macaroni cheese (va por DarthIA y esa noche lejana en el tiempo en el que nos comimos unos a la salud de tu tío el de la base :P)… y sobre todo esa tímida bolsa marrón de aspecto inocente, que contiene Tortilla Chips, una especie de Doritos, pero en bueno y a granel. Teóricamente sólo saben a trigo, pero la verdad es que están riquísimas; son un auténtico vicio. De hecho, el día este de los caprichitos, me comí taquitos de Spam y queso feta entre chips, y, treinta segundos de microondas después, el queso estaba derretido… un gran resultado 🙂


Tortilla Chips Forever…

En fin, el sueño me puede. Un abrazo a todos; me alegra ver que la vida va yendo bien, que Rosa y Dr. Evil siguen vivos (el pie bien, y lo de la vidriera lo clavaste :D), que Sonámbula ya tiene toda la casa para soñar ella sola, que Puri seguramente hasta ahora (siete y media AM, hora española) no haya dormido de mirar por fin sus largamente merecidas llaves, que ansita se va pronto para Barna, que J me va a recibir con todos los honores (¡nos vemos pronto neng!), que mi familia (y algun@s amig@s de quienes hacía tiempo que no sabía) me deja comentarios en el blog… Por aquí, entre AFMs y contrarrelojes individuales, que sepais que no os olvido…


Y de remate… 🙂

La manzana del ojo


¿Y ahora dónde vamos?

Hoy he bajado a DC a echarme unas risas. Como no se puede decir que me haya levantado muy temprano, y como dependo del transporte público para ir y venir, no he pasado mucho tiempo en la capital. Pero sí que he podido dar alguna vuelta que otra. Además, me ha servido de experiencia, porque llegar a Washington es una pequeña odisea…


El metro de Washington.

Los fines de semana, sólo hay un bus que me valga, que tengo que coger a un cuarto de hora de la casa, andando por aceras sin la menor sombra (y hoy hacía un calor HORRIBLE). El bus pasa cada media hora (de modo que si lo pierdes estás jeringao) y tarda 25 minutos en llevarte a una estación de Metro de las más periféricas del mundo. Luego coges allí la línea roja (15 o 20 minutos de frecuencia de paso) y en 35 minutos estás en el centro de la ciudad.


Washington Monument.

Desgraciadamente, como las frecuencias son las que son y el último bus de vuelta sale a las ocho, tampoco puede uno quedarse hasta muy tarde en DC. Sobre todo si, como es mi caso, consigues que se te vaya en las narices el metro a la ida (16 minutos de espera) y a la vuelta (20 minutos, mas otros 25 esperando al bus que también hacía poco que se había ido cuando llegué). Ya he dicho en más de una ocasión que esto está hecho para los coches…


El piloto más carismático de un Sopwith Camel…

En DC, la actividad del día ha sido el Smithsonian Air & Space Museum. Los museos Smithsonian son todo un enigma. Son increíblemente grandes y están montados de manera sublime. Y encima hay 16: de Arte Moderno, de Historia Natural, de Historia Americana, de Arte e Industria,… y luego un zoológico y algunas frikadas más. Y encima de las encimas son gratis (al menos casi todos). Es lo típico que uno no se espera que exista hasta que llega al Imperio.


Para los muy frikis y/o físicos: ¿Qué representa esta vidriera? (¡Sí, es eso!)

Además de todos los ademases, los museos Smithsonian tienen una codiciada característica: Aire Acondicionado ™, que no veais si era necesario hoy en plena canícula. De hecho, mi primera parada ha sido Union Station (que según la guía que tengo tiene unas maravillosas vistas; por dentro no es fea, pero de ahí a decir que las vistas son maravillosas… habría que llevar al redactor al Mirador de San Nicolás y que compare), con la idea de caminar hacia el Mall, pero tras varios segundos en el sol he decidido que mejor iba las tres paradas en Metro…


Union Station.

Por supuesto, una vez en el Metro he vuelto a perderlo por un suspiro y he estado diez minutos esperando para seis de viaje; cosas que pasan. Tras comer un frugal perrito caliente (cobrado a precio de oro, como no podía ser menos), he entrado en el mitológico museo. La primera impresión es que es GRANDE. «Sólo» tiene dos plantas, pero es probablemente de los más amplios en cuanto a extensión. Para contribuir a la impresión, buena parte de la segunda planta no tiene suelo, sino que simplemente forma una especie de enormes bóvedas en las que hay, colgados o anclados, todo tipo de aviones, satélites, cohetes espaciales, el módulo lunar de los Apolo, SpaceShipOne, etc.


Un pequeño paso para el hombre…

El Air & Space Museum, como buen Smithsonian, no sólo está lleno de todo tipo de interesantes cachivaches. También tiene una ambientación muy cuidada, incluyendo unos elaborados atrezzos y montajes audiovisuales. Por ejemplo, una de las exhibiciones iba sobre el papel de la aviación en la Gran Guerra, y además de todo tipo de vidrieras, señales en plan Metro de Londres, etc. tenía un pequeño cine (con su puerta, ventanilla de tickets…) en el que se proyectaba un vídeo de unos diez minutos acerca de las primeras películas de Hollywood sobre la aviación (por cierto, que entre los actores que habían sido estrellas, aparecía nada más y nada menos que el gran Errol Flynn).


Los bombardeos de Londres.

Así me he pateado el museo casi entero, lo que tiene un cierto mérito, porque como ya he dicho cuatro veces es enorme. Eso sí, no he entrado ni en el planetario ni en el cine IMAX, porque no me sobraba el tiempo y porque (en este último caso, especialmente) las colas llegaban hasta la puerta. Pero para poner en perspectiva lo que es la Smithsonian Institution en este país, los fondos expuestos no llegan al 10% (!) de lo que tienen. No hace mucho han abierto un hangar increíblemente grande en el que tienen un montón más de cosas, especialmente naves demasiado voluminosas para el edificio del Mall; entre ellas, nada más y nada menos que la Space Shuttle Enterprise, un Concorde, el Enola Gay y unos cuantos aviones más. Casi ná. Tendré que ir otro día de estos, aunque es un paseíto curioso (está en Dulles, el aeropuerto al que llegué).


World War II Memorial.

Después de los museos, he dado una vuelta por el entorno del Mall por aquello de hacer turismo. No he podido perderme mucho porque tenía que ir pensando en volverme, y las estaciones de Metro no me quedaban muy cerca. Pero he podido ver bastantes cosillas, unas más de cerca que otras: el Castillo Smithsonian (para variar), el Capitolio, el Reflecting Pool, el Memorial de la II Guerra Mundial, la Casa Blanca, etc. etc. Aquí os he dejado algunas postales de mi día; ya os pondré más. De momento, a dormir. ¡Hasta pronto!


Reflecting Pool.