Delta
e intentes comprender lo que pretendo.
Sabes el nombre de lo que me mueve.
— «Ven» [Sobre las Aguas]
Sabes el nombre de lo que me mueve
y sabes que no ofrezco demasiado;
pero también que no me guardo nada
y que me arrojo a ti sin más reservas.
Sabes que existe un pulso que nos une
y que repite al cielo nuestros nombres,
tan simple como absurdo, inconveniente,
pero, a pesar de todo, inevitable.
Contigo soy tan frágil como el hielo,
como la hoja prendida del otoño,
y vengo a que me cuides o me rompas
con el filo herrumbroso de tu olvido;
igual que la marea que me circunda,
con el roce más leve de tus dedos
puedes bañarme en cálidas bahías
o impulsar la galerna destructora.
Me sumerjo en el mar para esperarte,
abjuro de nadar y de la costa.
Sabes el nombre de lo que me mueve:
dependerá de ti si creo en el agua.
Colgado: abril 1st, 2010 en Cincel del verbo.
Tags: delta, poema, poesía
precioso